SANTO DOMINGO. La Vigésima Primera Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2018, inaugurada anoche es dedicada al fallecido escritor
Lupo Hernández Rueda e iniciará hoy con un homenaje póstumo al poeta Juan Antonio Alix, El Cantor del Yaque, en horario
será de 9:00 de la mañana a 9:00 de la noche
Juan Antonio
Alix nació en Moca, el 6 de septiembre de 1833, hijo de Félix Alix y María
Magdalena Rodríguez. Es el poeta criollo
por excelencia y uno de nuestros más originales temperamentos literarios;
un auténtico representante del pueblo, del que extrae su lenguaje y
modalidades, con los que plasma en sus décimas una imagen verídica del dominicano
de los tiempos de la Restauración.
Desde la
adolescencia, a los diez y seis años, empezó a escribir las décimas inimitables
que le dieron tan grande y popular renombre. Cantó sin descanso, prefiriendo el
lenguaje del campesino del Cibao para sus décimas. En su larga vida de ochenta
y cinco años nadie lograría arrebatarle el cetro de la poesía popular
dominicana.
El célebre Cantor del Yaque fue
soldado en las luchas de la Independencia y asistió a la toma de Beler con el grado de Cabo de
nuestro ejército. En la Restauración,
figuró entre los patriotas que se sublevaron en Guayubín en febrero de 1863.
Pareció
determinado a no deponer las armas, y junto con otros dominicanos buscó refugio
en Haití. Se enteró bien de las costumbres de aquel pueblo, y además estuvo al
tanto de los preparativos para la formal guerra libertadora; pero días antes
del golpe de Capotillo, cruzó la frontera, se acogió a las garantías de las
autoridades españolas, e hizo algo peor, que fue darles informes de los planes
de sus compatriotas en Haití. Alix en lo adelante no se pudo separar de los
españoles, a los cuales siguió hasta verse en la ciudad de Santo Domingo, donde
le encontró la Restauración de la República, a la que se adhirió, como otros
compañeros.
Siño Juan
Antonio, Papa Toño, como familiarmente le llamaban, publicaba sus composiciones en hojas sueltas que circulaban
profusamente por toda la República. Esos volantes, tan solicitados, era el
dinero que Alix llevaba al mercado de su pueblo. Entre las placeras y los campesinos de Santiago era un ídolo, amado y
festejado por todos. Ningún regalo mejor podía llevarse de retorno al bohío,
que una décima de Juan Antonio, y escasos días después la celebrada poesía era
conocida y recitada en toda la comarca.
Sus décimas
satisficieron una necesidad del espíritu colectivo. Eran solicitadas por el
pueblo, que las compraba no bien estaban en circulación. Las habladurías de la
calle, el escándalo social de la hora, alguna amarga queja del público, el
incidente burlesco hecho comidilla de los murmuradores que lo eran casi todos
los vecinos de la población, la oportunidad de un desbordamiento de júbilo
público, el triunfo o fracaso de una revolución, o acaso un fusilamiento,
ejecutado de manera espectacular, constituían el material preferido para las
décimas, tocadas siempre de un vivo color de actualidad y salpicadas de
pimienta satírica, de que tanto gusta el pueblo, por ser uno de sus íntimos
fermentos.
El elemento
típicamente haitiano, en relación con su lenguaje y costumbres fue un
particular fermento que puso a manar la cuerda burlesca del poeta Alix,
mostrando lo chistoso propio del contraste de lenguas e inclinaciones en
individuos y pueblos como el nuestro y el haitiano. Décimas suyas de este
género tienen todas soltura y gracejo.
Muere en Santiago de los Caballeros
el 15 de febrero de 1918.
Obras literarias:
*Viaje de Gerardo Etanislao por la mayor parte de los pueblos de la República Dominicana (1885)
· * El
ferrocarril de Samaná a Santiago (1887)
· *
Apuntes
para una historia de San Francisco de Macorís (1894)
· * Décimas
(1927), Décimas, 2 tomos (1953), Décimas inéditas (1966), Décimas políticas
(1977).