KABUL (AP).- Los afganos
lloraban el jueves la pérdida de familiares, amigos y compañeros en una potente
explosión provocada por un camión bomba la víspera en Kabul. Al menos 90
personas murieron y 450 resultaron heridas en uno de los peores ataques
extremistas en el país desde la retirada de las fuerzas extranjeras en 2014.
Decenas de personas esperaban en
hospitales a tener noticias sobre el estado de sus parientes o conocidos
heridos en el ataque.
El conductor manejó el camión
hasta la protegida zona diplomática de Kabul durante la hora punta de la
mañana, y provocó un caos de sangre y destrucción. La mayoría de las víctimas
eran civiles, incluyendo mujeres y niños, aunque también guardas de seguridad
afganos.
Ningún grupo se atribuyó la
autoría del ataque.
Los explosivos estaban ocultos en
un camión cisterna empleado para limpiar el sistema de alcantarillado, dijo
Najib Danish, viceportavoz del Ministerio del Interior. El estallido generó un
cráter de unos 5 metros (15 pies) de profundidad cerca de la plaza Zanbaq, en
el distrito de Wazir Akbar Khan, donde las embajadas extranjeras están
protegidas ahora por miembros de sus fuerzas de seguridad además de por
efectivos afganos. La legación diplomática de Alemania, ubicada cerca, sufrió
importantes daños.
En la zona están también el
Ministerio de Exteriores afgano, además del palacio presidencial y las sedes de
inteligencia y seguridad, todas protegidas por soldados entrenados por Estados Unidos
y sus socios de coalición.
La bomba causó daños materiales
en un radio de hasta cuatro kilómetros (2,5 millas), dijo el alcalde interino
de la capital afgana en una conferencia de prensa el jueves. Las primeras
estimaciones valoraron los daños en 1.000 millones de afganis (1,5 millones de
dólares), pero la cifra podría aumentar, explicó Abdullah Habibzai.
Operarios municipales retiraron
alrededor de 200 camiones de basura y restos desde el jueves por la mañana,
agregó.
“Hemos transportado un gran
número o una gran cantidad de cristales rotos y ventanas”, dijo.
Mientras, algunos que todavía no
habían encontrado a sus familiares buscaban a sus seres queridos en los
hospitales.
Mohammad Sarwar lloraba tras la
puerta de un hospital de emergencias buscando a su sobrino Habibullah, que está
desaparecido.
“Este es el segundo día que
buscamos a mi sobrino Habibiullah. Hemos estado en todos los hospitales de
Kabul y seguimos sin encontrarlo?, lamentó.
La guerra de Afganistán, no muestra
signos de relajarse y la irrupción del grupo extremista Estado Islámico hace
que el país sea más volátil.
Aunque son pocos en número, los
insurgentes de la milicia radical en el Khorasan – un nombre antiguo que
designa partes de Afganistán, Irán y Asia Central – reivindicaron varios duros
ataques en la capital.